
Aquellos que no se dedican a las artes tradicionales pueden ser cautelosos de llamarse a sí mismos artistas. Podrían percibir la creatividad como algo extraordinario o más allá de sus capacidades. Una vocación para unos pocos especiales que nacen con estos dones. Afortunadamente, este no es el caso. La creatividad no es una habilidad rara. No es difícil acceder a ella. La creatividad es un aspecto fundamental de ser humano. Es nuestro derecho de nacimiento. Y es para todos nosotros. La creatividad no se relaciona exclusivamente con la creación de arte. Todos participamos en esta actividad a diario.
Crear es hacer que algo exista que no estaba ahí antes. Puede ser una conversación, la solución a un problema, una nota a un amigo, la reorganización de los muebles en una habitación, una nueva ruta a casa para evitar un atasco de tráfico. Lo que haces no tiene que ser presenciado, grabado, vendido o encerrado en vidrio para ser una obra de arte. A través del estado ordinario de ser, ya somos creadores de la manera más profunda, creando nuestra experiencia de la realidad y componiendo el mundo que percibimos.
En cada momento, estamos inmersos en un campo de materia no diferenciada del cual nuestros sentidos recogen fragmentos de información. El universo exterior que percibimos no existe como tal. A través de una serie de reacciones eléctricas y químicas, generamos una realidad internamente. Creamos bosques y océanos, calor y frío. Leemos palabras, escuchamos voces y formamos interpretaciones. Luego, en un instante, producimos una respuesta. Todo esto en un mundo de nuestra propia creación.
Independientemente de si estamos haciendo arte formalmente o no, todos vivimos como artistas. Percibimos, filtramos y recolectamos datos, luego creamos una experiencia para nosotros y para otros basada en este conjunto de información. Ya sea que hagamos esto consciente o inconscientemente, por el mero hecho de estar vivos, somos participantes activos en el proceso continuo de creación. Vivir como un artista es una forma de ser en el mundo. Una forma de percibir. Una práctica de prestar atención. Refinando nuestra sensibilidad para sintonizar con las notas más sutiles. Buscando lo que nos atrae y lo que nos aleja. Notando qué tonos de sentimiento surgen y hacia dónde nos llevan.
Elección ajustada por elección ajustada, toda tu vida es una forma de autoexpresión. Existes como un ser creativo en un universo creativo. Una obra de arte singular.